¡Qué chula es Puebla! Una crónica tras el sismo - Revista Coma

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miércoles, octubre 04, 2017

¡Qué chula es Puebla! Una crónica tras el sismo



Por: Elizabeth Zamora
Practicum I

Han pasado ya dos semanas del trágico acontecimiento que azotó a México, éste martes 3 de octubre se cumplen 14 días del terremoto del 19 de septiembre.

Largos días de angustia, dolor, desesperación y miedo han pasado pero también de esperanza, solidaridad, unión, generosidad, valentía, entre muchos otros valores que expresan la fuerza que hemos visto en México. La forma en que cada mexicano apoyó en lo que pudo desde sus ciudades o yendo directamente a los lugares afectados de Puebla, Morelos y Ciudad de México.

Puebla es una bella ciudad reconocida por su gastronomía y sus obras arquitectónicas. En el sismo del 19-S muchos edificios históricos se derrumbaron, destruyendo todo lo que estaba a su entorno, dentro de ello vidas.
Por esto quise ir a Puebla, tenía que saber cómo estaba aquel lugar en el que crecí, tenía que ver por mis propios ojos qué tan afectada estaba.

Al llegar a Puebla aquellas coloridas casas que rodeaban la ciudad, aquel pintoresco centro que destaca por su riqueza cultural, se habían tornado grises, los colores no se apreciaban más tras tanto escombro que lo cubría. Un sentimiento de dolor me vino pues para mi Puebla es mi hogar y ver lo lastimada que estaba me causaba tristeza.

Centro histórico de Atlixco. Foto: Síntesis

Pero por otro lado, me dio gusto ver como la forma en que se habían movilizado. La sociedad poblana es catalogada como poco cálida, sin embargo, en esta ocasión fue todo lo contrario, pude ver como amigos, compañeros, conocidos, se estaban uniendo para ayudar en lo que les fuera posible para reconstruir la ciudad, incluso varios de ellos se fueron a otros estados para apoyar.

En la Anáhuac Puebla se hizo centro de acopio como se hizo en la Norte, donde lograron recaudar 120 toneladas que se mandaron a las comunidades afectadas.

Infografía: Universidad Anáhuac Puebla


Las personas se unían para ayudar, se hacían brigadas para salir a los pueblos a los que la ayuda no había llegado. Todos aportando lo que podían.
Foto: Universidad Anáhuac Puebla

Tuve la oportunidad de apoyar de diferentes maneras e 
ir a algunas brigadas hacia ciertas comunidades. La que me conmovió mucho fue una cerca de Huaquechula, donde pude ver como las casas se habían venido abajo y la gente estaba sin vivienda y aún así la gente de ahí te decía cosas como "gracias por el apoyo pero mejor vayan a la comunidad de más arriba que ellos están más afectados" o "mi vivienda no está tan mal, mejor ayuden a la señora que vive en la siguiente esquina que su casa si se vino abajo".

Huaquechula
Las personas eran muy solidarias y preferían que ayudarás al vecino que a ellos mismos porque se comparaban y se sentían afortunados.

Como nuestra brigada, muchas otras ya habían ido. Cuando preguntaba a los habitantes de las zonas quiénes habían llegado ellos me decían “muchos jóvenes como ustedes”. Al enterarme, una sonrisa me salió, pues saber que una generación a la que nos han juzgado como la peor estaba levantando un país.
Huaquechula
Pude compartir brigada con una gran amiga que está muy inmersa en el voluntariado desde antes de lo sucedido, a ella siempre le ha gustado ayudar y me contó su experiencia.

Su nombre es Sandra Martínez, estuvo yendo a diversas comunidades de Puebla como: San Francisco Huilango, Huaquechula y Santa Monica Cohetzala, donde estuvo apoyando con víveres y material para levantar escombro y tirar muros. También fue una de las encargadas de hacer un albergue en Cohetzala.
Santa Monica Cohetzala


Me platicó que habían lugares donde la gente no tenía donde dormir, ni que comer, incluso se habían quedado sin luz porque en Cohetzala la ayuda no había llegado, el lugar estaba en muy mal estado y las casas ya no estaban habitables.

Ella tuvo la oportunidad de apoyar  en estos lugares y me contó que ayudar es una de las satisfacciones más grandes que puedes tener.


Creo que todos los que ayudamos pudimos compartir este sentimiento, ya que cada que una persona dice gracias después de haber aportado algo por mínimo que fuera es como si lo que les hubieras dado es nada con esas palabras que sabes que salen de corazón.

Después de ver como Puebla se había unido sólo tuve un pensamiento:

¡Qué chula es Puebla!

Fue impresionante ver como en todo México la gente se movilizó para ayudar al de a lado, una actitud de aplaudirse, de dar reconocimiento a todos los héroes que han estado haciendo que nuestro país se ponga de pie porque esto aún no termina, aún queda mucho por hacer y entre todos hemos ido levantando a nuestro país. 

Ahora México está de pie.


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#FuerzaMéxico

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