Por: Jade Becerra
Practicum I
Todos los días Karen tiene que recorrer un largo trayecto para llegar a su casa. De Tlatelolco, de la Línea 3 del Metrobús, hasta Perisur, Karen decide subir al servicio de transporte cuando el reloj marcaba apenas las 3 de la tarde. Como ya es costumbre, el clima durante del mes de abril es sumamente caluroso por lo que Karen decidió usar un vestido que le llegaba arriba de la rodilla.
Al
momento de subir al Metrobús un hombre fijó su mirada en ella, sin embargo, ella no le dio
importancia. Lo que Karen no sabía es que se iba a convertir en parte del 12%
de mujeres en la Ciudad de México que sufren de violencia sexual en la Ciudad
de México en transportes público.
Esta
cifra se queda atrás contra el impactante 57% de mujeres que sufren de acoso en
las calles de la ciudad capitalina, de acuerdo con datos que retoma el
Diagnóstico sobre la violencia contra las mujeres y niñas publicado por la ONU
mujeres.
A
pesar de la gran cantidad de mujeres que son acosadas o agredidas, no existen
estadísticas que ayuden a visibilizar la magnitud del problema. De esta manera,
se vuelve muy difícil crear estrategias de prevención y el problema sigue
creciendo mientras que las autoridades siguen con los brazos cruzados y muchas
veces terminan culpando a la víctima.
Las
mujeres que usan transporte público afirman que 93% sufrió miradas lascivas;
80% chiflidos; 70% majaderías sexuales o acercamientos y 65% les han
“recargado” el cuerpo.
De
acuerdo con el mismo estudio, ocho de cada 10 mujeres que sufrió acoso o
agresión durante un viaje en el transporte público. El transporte
se convierte el lugar perfecto para los acosadores ya que aprovechan la
cantidad de gente para justificar la cercanía y a veces, violación de
privacidad y de esta manera encuentran la oportunidad perfecta para robar o
realizar acercamientos indebidos.
Las
mujeres no sólo tienen que cuidarse en el transporte al que suben, sino también tener precaución a ciertas horas. El 38% de las agresiones se
reportaron entre las 12:00 del día y las 18:00 horas, desafortunadamente a esta
hora, Karen toma todos los días el transporte hacia su casa, lo cual la expone a
todo tipo de agresiones.
Además
no importa el lugar en el que estés, de acuerdo con ONU mujeres, si tienes
entre 20 y 24 años, te encuentras en el rango de edad que más vulnerabilidad
tiene de ser agredida con un 23%, con un 21% le siguen las mujeres de 25 a 29
años, y empatados con un 13% las mujeres de entre 30 y 34 años y de 35 a 39
años.
De
acuerdo con información proporcionada por la Procuraduría de la Ciudad de
México, existen zonas más peligrosas que otras. Éstas incluyen San Pedro
Mártir en Tlalpan, Jacaranda y Santa Martha Acatitla en Iztapalapa, Nativitas
en Xochimilco y San Miguel Teotongo en Tláhuac.
Lo único que le quedo como solución a Karen fue tomar clases de defensa personal ya que vio que la sociedad y las mismas autoridades no la ayudaban y sólo hacían el proceso más complicado. “Igual y no tengo la fuerza suficiente, pero por lo menos estaré más lista si me vuelve a ocurrir.”
Es muy importante que todos tengamos este tipo de información, me parece un excelente artículo, esto debe parar.
ResponderBorrares muy importante estar al tanto de lo que sucede dentro de nuestro país y más siendo mujeres.
ResponderBorrarEs una pena que esto pase tan seguido pero menos mal que tomó clases de defensa personal pues a veces las autoridades no hacen nada y uno tiene que valerse por sí mismo .
ResponderBorrares triste ver la cantidad de casos que siguen sin resolverse, da pena e impotencia que las autoridades en vez de ayudar, retrasen y no hagan bien su trabajo. La incompetencia debería ser algo que no se les permita a ese tipo de autoridades que supuestamente están para ayudar y no lo hacen.
ResponderBorrarSuper completo, me encantó! Es una lástima que como mujeres tengamos que atravesar por situaciones así, es importante darle una solución a algo tan triste y a su vez asqueroso
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