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domingo, octubre 09, 2011

Madama Butterfly





Colaboración de Blanca Lolbee

Periodista





En el recientemente remozado escenario del bello Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México se representó, hace unas semanas, una de las obras más gustadas de Giacomo Puccini “Madama Butterfly”


La historia, bella de por sí, resulta más interesante cuando se sabe que el personaje principal realmente existió.




La trama es sobre una joven cuya familia ha venido a menos y que se casa con un joven y atractivo miembro de la marina estadounidense. Aunque no lo conocía al casarse, la joven termina enamorándose de él. Después de un tiempo de feliz matrimonio el hombre se hace a la mar con una misión y la promesa de volver cuando los petirrojos aniden.


Pasan tres años y él no vuelve, ella sigue enamorada, llora todos los días y anhela mientras mira al mar, el regreso de su amado. Pero el tiempo transcurre y ella, atada a la inútil espera y al pequeño hijo que él no sabe que tuvieron, vive prácticamente en la miseria donde su mayor riqueza es la esperanza.


El hombre vuelve y ella lo sabe, pasa toda la noche con su hijo en brazos, a la espera de que su esposo toque a la puerta. Pero se han casado por cien años y él tiene el privilegio, desconocido para ella, de separarse cuando quiera.


Él se ha vuelto a casar y viene con su esposa. Esa nueva mujer le ofrece a Butterfly hacerse cargo de su hijo para que él no resulte presa de la miseria en la que de ahora en adelante, absolutamente sola y desprotegida, se verá envuelta la joven madre.


Con todo el dolor de su corazón, la bella Butterfly se desprende de su hijo y, sin pensarlo más se hace el harakiri, suicidio ritual japonés, mientras la música suena desgarradora en un final de profundo dolor y pérdida del amor.




Si hay una obra de Giacomo Puccini que no tiene desperdicio seguramente es ésta. Cada una de sus partes, de sus Arias, son conmovedoras y perfectas para el momento que enmarcan.



Al final, que se escape una lágrima del espectador, parece inevitable. Muy bien puesta, ver Madama Butterfly con la Compañía Nacional de Ópera de Bellas Artes y el Coro y Orquesta del Teatro de Bellas Artes, es una delicia que obliga a sentirse orgulloso de esas excelentes compañías.




1 comentario:

  1. Lástima que me perdí dicha puesta en escena. Las pasiones que involucra la historia son esa clase de tragedia que irónicamente reviven al espectador.

    Gracias por la nota.

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