El vapeo entre universitarios
A pesar de los riesgos, los jóvenes siguen atrapados en la adicción al vape, con graves consecuencias físicas y mentales.
“El vape es igual o más peligroso que el cigarro tradicional” : Dr. Julián Gómez
Por: Paulina Plácido Otero, Valeria Colín Castillo y Alejandra Zepeda Trejo
Lenguajes periodísticos
Rubén Mejía
El número de usuarios de vapeadores y cigarrillos electrónicos ha aumentado considerablemente en los últimos años. Según datos de la revista Expansión, pasaron de 975,000 en 2019 a 2.1 millones en 2023, a pesar de las prohibiciones impuestas.
Estudios como el Ensanut (Encuesta Nacional de Salud y Nutrición) Continua 2023 muestran que el uso de cigarrillos electrónicos es más común entre los adolescentes (2.6%) que en adultos (1.5%).
En los pasillos de las universidades, los estudiantes han cambiado los cigarrillos tradicionales por los vapes. A pesar de su popularidad, el vapeo está comenzando a mostrar su verdadero rostro: una adicción que no solo afecta la salud física, sino también el bienestar mental de los jóvenes.
Realizamos una encuesta a 40 estudiantes universitarios de la Ciudad de México donde se revelaron datos preocupantes. El 45% de los encuestados declaró que vapea todos los días, mientras que el resto lo hace varias veces por semana. Lo sorprendente es que el 90% de ellos es consciente de los efectos negativos en su salud, pero eso no parece detenerlos.
Aunque los riesgos son conocidos, el 32% de los estudiantes encuestados sigue percibiendo el vapeo como menos peligroso que fumar cigarrillos convencionales. Esta creencia errónea podría ser uno de los principales motivos por los que el vape sigue siendo una alternativa popular entre los jóvenes, quienes asumen que sus pulmones están a salvo.
Uno de los aspectos más alarmantes de esta tendencia es la dificultad que enfrentan los estudiantes para abandonar el vape. Según la encuesta, el 75% de los encuestados ha intentado dejar de vapear, pero el 60% afirma que la ansiedad que experimentan al intentar hacerlo es una barrera difícil de superar. Otros mencionan que el deseo de nicotina (una sustancia presente en la mayoría de los vapes) es lo que les impide dejarlo.
La adicción al vapeo no se limita solo a los efectos físicos. Los estudiantes reportan que el impacto emocional y psicológico, como la ansiedad, juega un papel crucial en su incapacidad para abandonar este hábito. El fácil acceso a estos dispositivos en la ciudad también agrava el problema. El 92.5% de los encuestados confirmó que conseguir un vape en la Ciudad de México es increíblemente sencillo, lo que perpetúa el ciclo de dependencia.
En 2021,el gobierno de México emitió un decreto que prohíbe la importación y comercialización de estos dispositivos, argumentando que representan riesgos para la salud pública, especialmente entre los jóvenes. La prohibición es parte de un enfoque más amplio hacia la promoción de estilos de vida saludables en el país.
La visión médica: ¿cuáles son los efectos del vapeo?
El Dr. Julián Gómez, especialista en salud, ha sido testigo de cómo los vapes están afectando a la nueva generación de jóvenes. "Los vapes pueden generar efectos inmediatos como irritación de garganta, dificultad para respirar, y la generación de moco y flemas", señala el doctor. Explica que el vapor que se inhala tiende a acumularse en los alvéolos, las pequeñas estructuras en los pulmones responsables del intercambio de oxígeno. "Como respuesta, el cuerpo genera más moco, que combinado con los aditivos del vape, se vuelve más denso y difícil de eliminar. Esto puede disminuir la función pulmonar y generar enfermedades graves como la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) o, en casos extremos, cáncer", advierte. DR. JULIÁN GÓMEZ
Además de los daños físicos, el Dr. Gómez recalca que la adicción al vapeo no debe abordarse únicamente desde el punto de vista de la salud física. "El vapeo representa un problema grave de salud, no solo física sino también mental. Para combatir esta adicción, también se debe abordar desde el ámbito de la salud mental", sostiene.
Testimonio: la lucha de una estudiante por recuperar su salud
Para muchos, el vapeo se ha convertido en una rutina diaria, pero para algunos, los efectos en su salud han sido tan devastadores que han tenido que tomar la decisión de dejarlo. Una estudiante de la Universidad Anáhuac, que prefirió mantenerse en el anonimato, compartió su experiencia con el vapeo y cómo decidió abandonarlo tras enfrentar serios problemas de salud.
"Decidí dejar de fumar vape hace un par de meses porque me enfermé de la garganta muy feo. Empecé a tener problemas respiratorios, me enfermaba más seguido, alrededor de cinco veces al año, y mis pulmones se debilitaban", confesó la estudiante. "Era difícil correr o hacer actividad física de alto rendimiento".
Escuela de Salud Pública de México (ESPM)
Ahora, después de dejar de vapear, la joven dice sentir una mejoría significativa en su salud. "Siento que respiro mejor. Antes, para respirar bien, tenía que utilizar medicamentos todas las noches porque se me hacía mucho moco, pero ahora ya puedo dormir más tranquila". Para combatir la ansiedad, compartió que utiliza pastillas de sabor, como Halls para evitar la necesidad de tener un vape en las manos.
El camino hacia el control del vapeo
A pesar de los efectos nocivos del vapeo, muchos jóvenes universitarios siguen consumiendo estos dispositivos de manera habitual. Los datos de la encuesta muestran que la mayoría de los estudiantes que vapean desea dejar de hacerlo, pero la accesibilidad del producto y los efectos psicológicos asociados con la adicción lo hacen extremadamente difícil. Las estrategias para combatir esta problemática deberían incluir una mayor regulación sobre la venta de vapes, campañas de concientización y un apoyo más enfocado en la salud mental.
El vapeo, que comenzó como una alternativa percibida como “más segura” al cigarro tradicional, ha demostrado ser un enemigo silencioso de la salud de los jóvenes. Si bien algunos han logrado dejarlo, para muchos estudiantes, el vape sigue siendo una barrera difícil de superar. La urgencia de combatir esta tendencia es clara, y solo a través de un enfoque integral será posible prevenir más daños en esta generación.
Foto de Guillermo Martínez, recuperada del periódico, El Confidencial
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