¿La Fiesta del Toreo?

Texto y fotos:
Arturo Corona M.

Dicen los españoles y dicen bien, que hablar de toros y de fútbol es caer en un laberinto de pasiones.

Calificada de “Arte” por unos, de “Acto Criminal” por otros, el toreo no tiene vuelta de hoja, o es algo que te atrae por el ritual que significa, el encuentro de un ser humano protegido por un capote frente a una bestia de 500 kilos, o lo rechazas por ser una cuadrilla de insensibles que pican y debilitan a un toro de lidia hasta matarlo atravesado por un filoso acero.

Julián López "Juli" 

Este domingo 5 de febrero, durante la corrida del 66 aniversario de la Plaza de Toros México, en la que el Juli cortó cuatro orejas y salió en hombros, hubo un llamado a favor de las corridas. Al iniciar en punto de las 16.30 la corrida, un grupo de aficionados, dio la vuelta al ruedo con una pancarta a favor de la fiesta del toreo. Por supuesto que llovieron los aplausos de los asistentes, no era para menos, para eso habían pagado su boleto. 

 

"La tortura no es arte"

Horas antes en el Ángel de la Independencia, decenas de activistas de la organización “Anima Naturalis”,  protestaron contra las corridas de toros. Vestidos con ropa interior, simularon ser  animales muertos o mal heridos, o toros banderillados.  Con lemas como: “La tortura no es arte, ni cultura”, México dice no a las corridas de toros”  se manifestaron contra la violencia que existe en la llamada fiesta brava.  

Apenas el año pasado, Cataluña votó por prohibir las corridas de toros. Inspirados en este hecho, los integrantes de esta asociación “Anima Naturalis”, exige que la ciudad de México sea la primera en declararse libre de ellas. La Asamblea Legislativa intentó poner el tema a discusión pero fue rechazado.   

   

Frente a frente

El sentir de muchos es que las corridas de toros es un espectáculo sanguinario que hace sufrir a un animal. Algunos dirán que una res o una vaca son sacrificadas en los rastros con peores técnicas y disfrutamos el comernos un buen corte de carne, o una hamburguesa. Los toros de lídia tienen una  vida envidiable, hasta que llega el día que tienen que hacer para lo que fueron criados, embestir y hacerlo  bien, y si lo hacen muy bien, podrían ser indultados y regresados al corral.

Son dos puntos de vista antagónicos, que jamás se pondrán de acuerdo. Pero el hecho de que en España, se prohíban las corridas de toros en una región, es algo insólito. En México la presión para terminar con esta práctica es mucha.

Cómo alguna vez le dijo el escritor antitaurino Carlo Coccioli a Jacobo Zabludovsky y al cronista  Pepe Alameda, en el Programa "Contrapunto":  “los toros no deben estar muy contentos de la fiesta que ustedes les organizan”.