Por: Alexia Illingworth
http://nadiaillingworth.wixsite.com/unpedazodemi
Prácticum 1
Actualmente se viven crisis
de todo tipo, sociales, gubernamentales, económicas y religiosas por mencionar
algunas, afectan a cada una de las personas que habitan el planeta, sin
embargo, la crisis más grande que vivimos hoy, es la humana.
Hace unas semanas, mientras
esperaba una mesa en un restaurante por la zona de Reforma, pude ver ante mis
ojos la crisis humana que vivimos en la imagen de un niño de 5 o 6 años, quien
cargaba una canasta y vendía dulces. Consternado con la cantidad de gente que
invadía la calle, pasaba lentamente por cada uno de los inquietantes clientes
para ofrecerles un dulce; recibía miradas de rechazo, desprecio y lástima. Ante
la negativa el pequeño agachaba su cabeza y buscaba alguien nuevo a quien
venderle. Eran los adultos quienes con indiferencia se negaban a regalarle una
sonrisa al niño, son los adultos quienes se vuelven más fríos y menos
bondadosos. No trato de decir que entre más se va crecen las personas la
empatía disminuye, simplemente que los ojos se han acostumbrado a ver la
miseria en las calles.
En otra ocasión mientras
paseaba por Coyoacán, vi una escena que ha sido difícil de olvidar. Un joven de
no más de 15 años acostado en el piso, sucio, temblando. Mantenía los ojos
cerrados mientras su cuerpo se retorcía, de su boca salía espuma blanca; era de
noche y estaba solo, hacía frío y no tenía con que cubrirse de éste. La gente
pasaba, lo miraba, y su expresión cambiaba, la gente pasaba y lo ignoraba; no
querían ver tal escena.
Pero no todo está perdido,
sigue existiendo gente que se sensibiliza con estas situaciones y no sólo eso,
sino que busca ayudar, que auxilia y da comida. Pero ésto no queda aquí, la
crisis humanitaria también gira en torno a lo que hay detrás de estos niños de
la calle, de las mujeres que piden dinero, de los adultos mayores que se
sientan en las calles del centro y esperan recibir ayuda. Padres que buscan
beneficiarse de sus hijos, hijos que se han quitado el cargo de mantener a sus
padres, esposos que se quedan en casa mientras sus mujeres deambulan por la
calle pidiendo “una ayuda”.
Ahí está una parte de la
crisis humanitaria en los valores de la sociedad, el gobierno no es el único
culpable, son los valores de las personas que componen el país, lo que para
ellos es correcto y no, la moral, la tolerancia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario