Por: María José Serrano / @serranomajoo / mjserranoblog.com
Practicum 1
Hay momentos en la vida en que se pone en juego tu fe, tus creencias y tu
persona. Y son esos momentos, en los que defendiste tu convicción, los que te
definirán por el resto de tus días.
Hasta el Último Hombre es la historia de Desmond Doss, hijo de un veterano
de guerra que peleó por Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial. Desmond
creció con un padre violento y alcohólico, lo que lo llevó a tomar la decisión
de nunca portar un arma en toda su vida. Sin embargo, las circunstancias de su
país dictaban lo opuesto; durante la Segunda Guerra Mundial, Japón invade Pearl
Harbor y esto hace que EEUU ataque a Japón.
Desmond se ve obligado a enlistarse para el ejército y luchar por su país.
Él lo hace con gusto, pero con la única condición de no utilizar las armas, ni
en el entrenamiento, ni en la guerra. En cambio, ofrece sus servicios para ser
médico de guerra, pero cabe mencionar que no contaba con la preparación ni con
los conocimientos, aunque sí con sus ganas y su pasión.
La decisión de no usar armas le ocasiona muchos problemas y la exclusión de
sus compañeros, casi es expulsado del ejército y nadie creía en él. Sin
embargo, Desmond se mantuvo firme a sus creencias y no renunció a lo que
quería. Ya en plena guerra, los acontecimientos que suceden te dejarán
sorprendido, y te llevarán a cuestionarte acerca de tus propias acciones.
El filme, dirigido por Mel Gibson, está nominado a seis premios Óscar:
Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor a Andrew Garfield quien interpreta
a Desmond; Mejor Montaje, Mejor Sonido y Mejor Edición de Sonido.
Más allá de una buena película, es resaltable que está basada en una
historia real. La historia del veterano de guerra Desmond Doss, quien se
mantuvo firme con sus convicciones y sirvió no sólo a su país, sino a la
humanidad, rescatando a todos los heridos sin importar su nacionalidad.
La historia nos enseña que debemos luchar por lo que creemos, porque al
final eso es lo que nos define y lo que forjará nuestra identidad. A veces
tenemos que nadar contra la corriente e ir en sentido opuesto; no siempre será
fácil y muchas veces será doloroso. Pero vale la pena; vale la pena luchar por
nuestras convicciones. Porque al final, ¿quién eres tú, si no luchas por lo que
crees?
Imágenes obtenidas de:
http://www.filmaffinity.com/es/film550924.html
http://www.losandes.com.ar/article/-hasta-el-ultimo-hombre-el-soldado-que-se-nego-a-matar
http://www.losandes.com.ar/article/-hasta-el-ultimo-hombre-el-soldado-que-se-nego-a-matar
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