Por Rodrigo Trejo Avendaño
Ayer por la noche, jueves 25 de septiembre, fue la inauguración privada de la exposición Obsesión Infinita de Yayoi Kusama en el Museo Tamayo. En un evento al cual sólo se podía accesar con invitación, cientos de asistentes, en compañía de Philip Larrat Smith y Frances Morris, curadores de la muestra, tuvieron la oportunidad de conocer la surreal obra de Kusama, una artista japonesa que ayudó a definir la escena artística de Nueva York en los 60’s.
La exposición, que incluye una retrospectiva de la obra de la artista, muestra, desde los primeros trabajos, hasta la producción más reciente. De todo, lo más impactante son las instalaciones “Infinity Mirror Room”, “Infinity Mirror Room-Phalli's Field” y “Obliteration Room”, cuartos que al ingresar, con espejos, esculturas, objetos varios, múltiples luces y, sobre todo, puntos, te transportan a universos alternos de inigualable peculiaridad, con origen en las obsesiones y los trastornos psicológicos de Kusama.
Kusama, quien nació en un poblado remoto de la prefectura de Nagano en Japón, se entrenó en las técnicas tradicionales de pintura japonesa en Kyoto. No satisfecha con el estado del arte en su país natal, e inspirada por un libro de Georgia O’keeffe, buscó trasladarse, primero a Francia, empresa que abandonó por la complejidad del idioma, y luego a los Estados Unidos. La joven artista arrivó a Seattle a finales de la década de los 50’s para presentar sus acuarelas.
Pronto, Kusama se dio cuenta de que la escena artística de Seattle no le era suficiente y se trasladó a Nueva York, ciudad donde se afianzó como una de las artistas contemporáneas más importantes de la época. Pinturas, happenings, instalaciones, manifestaciones hippie e incluso pasarelas, Kusama hacía de todo y su notoriedad escalaba a paso acelerado, al punto de ser considerada parte de la élite artística neoyorquina, junto con Andy Warhol y Donald Judd.
Hacia la década de los 70’s, los problemas psicológicos de Kusama se volvieron cada vez más fuertes y, en 1973, la artista decidió regresar a Japón, donde ingresó a un hospital psiquiátrico, su residencia desde entonces. En ese momento su productividad no bajó, y comenzó a dar un sentido terapéutico a su arte. Al día de hoy, Kusama es considerada la artista japonesa contemporánea más importante e, incluso, una de sus piezas posee un récord por ser la segunda pieza más cara vendida por una artista mujer viva.
Yayoi Kusama ha participado en múltiples exposiciones alrededor del mundo, su obra ha formado parte de las bienales de arte más importantes, sus trabajos están presentes en las colecciones de los museos más reconocidos, ha colaborado con firmas de moda como Louis Vuitton y ha sido galardonada con premios de la talla del Praemium Imperiale. El valor de esta artista es esencial para comprender el desarrollo estético de la segunda mitad del siglo XX, y su legado es esencial para entender las corrientes pop, minimalista, psicodélica y feminista.
Obsesión Infinita es una muestra itinerante que ha pasado por múltiples ciudades. La exposición estará abierta para el público mexicano, desde el día de hoy, 26 de septiembre, hasta el 18 de enero del año próximo, en el Museo Tamayo de Arte Contemporáneo de la Ciudad de México. No se la pierdan.
El siguiente video muestra un testimonio de la exposición de Kusama en la Tate Gallery hace 2 años.
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